CAPÍTULO 1:
CONOCIENDO A HELENA
Tenía 11 años y desde hace 3 años y medio vivía en un
hospital. Tenía cáncer y me lo detectaron demasiado tarde.
Todos los días que pasaba en el hospital eran somníferas; no
podía hacer nada salvo tumbarme en mi cama o dibujar.
Pero entonces llegó una alegre muchachita con unos grandes
ojos grisáceos, y con un bonito pelo
color marrón. Al momento me di cuenta de que era anoréxica, pero no se le podía
negar su atractividad.
Era una niña agradable con la que no me aburrí jamás, le
daba esa alegría a mi vida que siempre añoré, como a unos padres que me
quisieran o alguien que me mirara a la cara. No era un chico realmente grotesco
pero tampoco era muy gallardo, pero la
quimio que me dieron me dejó sin pelo a si que nadie me quería como amigo.
Lo de mis padres… bueno… no sé como pasó realmente. Un día
dejaron de venir a visitarme y me dijeron que se habían ido a vivir lejos.
-
¿En que piensas?- Dijo la voz de la muchachita.
-
En nada importante… bueno tal vez para ti.- La niña seguía
de pie, en ese instante me di cuenta de que no me había insultado ni pegado,
tan siquiera me había herido con sus palabras; solo se había dedicado a mirarme
y preguntar una única cosa. En ese instante sonreí.- ¿Cómo te llamas?
-
Helena, tengo 11 años auque aparento tener nueve. Me
han dicho que tú también tienes 11 y te llamas Marcos ¿no?- Me volvió a sonreír, me gustaban ese tipo de
chicas era muy simpática y agradable te entendía solo con una mirada, y sus ojos
eran muy expresivos. Al momento se dio cuenta de que no me gustaba mucho
hablar… Helena era una niña mágica con pocas palabras.
-
Si ¿Has venido con tus padres?
-
No, no dejan que me visiten a si que se han quedado en
mi casa ¿Y tú?
-
No tengo.
-
¿Cómo?
-
Ummm… Más o menos no quieren saber nada más de mí.
-
Lo siento mucho…-
Murmuró Helena apenada. De repente, empezó a sonreír.- He tenido una
idea genial ¿Has ido alguna vez al jardín trasero del hospital?
-
Si… creo que he ido alguna vez.
-
Pues ya está.
-
¿Qué?
-
No hay nada salvo hierbas malas, está más o menos
olvidado; podríamos hacer un pequeño jardín para no aburrirnos por las noches.
Me refiero… como no podemos hacer nada
porque no nos dejan, dormiríamos un poco por la tarde y luego por la noche nos
colaríamos en el jardín para plantar cosas ¿Lo entiendes?
-
Si, pero no lo quiero hacer.
-
Es una idea un poco loca lo admito… pero es encantadora.
-
Haré un jardín contigo, o lo que pidas; pero quiero que
antes hagas una cosa por mí y prometas que lo cumplirás. Si no, no voy a hacer
el jardín contigo.
-
Te escucho.
-
Quiero que comas. Cada día que no comas no te voy a
hablar ni a irme contigo por las noches a hacer el jardín ¿Me prometes que vas
a comer?
-
Pero… para lo mío hay cura, en cambio tu cura solo la
verás de lejos, no es justo para ninguno de los dos.
- Escucha Helena, llevó en la cuerda floja 3 años y medio, si me prometes que vas a comer; yo te prometo que intentaré sobrevivir… No tengo ningún sentido más para luchar.
- Escucha Helena, llevó en la cuerda floja 3 años y medio, si me prometes que vas a comer; yo te prometo que intentaré sobrevivir… No tengo ningún sentido más para luchar.
-
Vale… pero prométemelo tú también.
-
Te lo prometo.
CAPÍTULO DOS:
EL JARDÍN SECRETO
Ya llevaba dos semanas con Helena y hoy por la noche
empezaríamos a hacer el jardín secreto. Cada día me gustaba más Helena, era una
niña tan… especial.
- Hey ¿ Qué
pasa?- Helena me miró con sus preciosos ojos azules. Esa tarde brillaban
ansiosos y felices… Y yo al mirarle también me sentía feliz.
- Nada, pero se supone que tenemos que dormir un rato ¿No? -
Helena sonrió, y a su vez asintió levemente y con suavidad.
Sentí que alguien me zarandeaba suavemente, entreabrí los
ojos despacio y me encontré a Helena. Por la noche sus cabellos brillan más de
lo normal, y sus ojos eran como dos pozos con agua cristalina.
- Es la hora Marcos… vamos.- Susurró ella con calma. Rápidamente
ya estábamos los dos bajando las escaleras del hospital. Corríamos veloces y no
queríamos perder ni un minuto más…
Cuando llegamos, Helena empezó a correr y a saltar de
felicidad. Yo sonreí, y comencé a hacer un hoyo profundo.
-
¿Qué es lo primero que vas a plantar?- Me dijo exhausta
y casi sin aliento.
-
Un rosal. Sus rosas serán azules… como tus ojos.
- Gracias. Quiero… si no te importa que sea… que sea nuestro rosal…- Dijo Helena algo cohibida.
- Gracias. Quiero… si no te importa que sea… que sea nuestro rosal…- Dijo Helena algo cohibida.
-
Me parece una idea estupenda.- Dije sonriendo por
primera vez desde que vine aquí…
CONTINUARÁ
SIENTO HABERLO MANDADO DOS VECES. ESPERO QUE OS GUSTE
ResponderEliminarCARMEN
Carmen te lo he puesto solo una vez.
EliminarElena
eres una verdadera escritora!!!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia Carmen. A ver si publicas pronto la continuación, me has dejado intrigada.
ResponderEliminarElena
QUE CHULA, SI TE GUSTA, DE MAYOR PODRÍAS SER ESCRITORA !!!!!
ResponderEliminarESE COMENTARIO ES MIO
ResponderEliminarAisha
MUCHAS GRACIAS POR LO COMENTARIOS :)
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS POR LO COMENTARIOS :)
ResponderEliminarde nada:)
ResponderEliminarTienes mucho talento Carmen. Y nos gustaría conocer más acerca de Marcos y Helena. Vamos a ver si a pesar de su triste situación alcanzan la felicidad.
ResponderEliminarElena. Profe
Tienes mucho talento Carmen. Y nos gustaría conocer más acerca de Marcos y Helena. Vamos a ver si a pesar de su triste situación alcanzan la felicidad.
ResponderEliminarElena. Profe