viernes, 20 de mayo de 2016

LOA AMANTES MARIPOSA

- Ellos se amaban. Juntos, todas las tardes iban a recoger espigas al campo. Pero si los días eran lluviosos, se quedaban en su casita de piedra. Miraban por la ventana, y esperaban.
Pero si los días eran soleados, iban juntitos por el camino escarpado, y sin zapatos. Con los pies desnudos, y con la cesta cosida por ella sobre sus hombros. Las espigas, las cogían con cariño, y cuando tenían las cestas llenas, iban al río, cansaditos a beber agua. Luego, volvían otra vez, a su casa de piedra y esperaban.
Un día, ella se puso enferma, y se quedo en su lecho a esperar a su amado. Él estaba muy triste, pues su corazón estaba cansado, sin ella a su lado. Varios días después, ella enfermó más y más, y él la llevó a un médico especializado. El médico les dijo que el corazón de ella no funcionaba bien, y que si seguía con aquel corazón marchitado, fallecería sin su amado. Ellos querían morir juntos, pues no se imaginaban su vida sin el otro a su lado. Pero él quería tanto a su amada, que decidió darle su corazón. Cuando el murió, ella visitaba su tumba todas las mañanas, y dejó de ir por el caminito escarpado. Hasta cuando su pelo se volvió grisáceo, ella seguía yendo a visitar a su amado.
Una fría tarde de noviembre, encontraron a ella echadita sobre la tumba, con los ojos cerrados, y con la mano sobre su pecho. A ella la enterraron junto a él, y cuando la gente se fue de aquel lugar, ambas tumbas se resquebrajaron, y de ellas salieron dos hermosas mariposas. Ahora ellos vivirían y se amarían para siempre.


















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